La humillante eliminación de la UEFA Champions League volvió a instalar un momento de crisis en el conjunto culé y puso punto final al turbulento ciclo de Quique Setién. El Barcelona tocó fondo, y la tarea de volver a encontrarse con la gloria y recuperar la identidad estará a cargo de un hombre que vistió y triunfó con los colores azulgranas: el holandés Ronald Koeman.
El retorno del ex defensor, integrante de aquel histórico equipo que ganó por primera vez la Copa de Europa para la institución en 1992, significa volver a delegar la dirección técnica en un ídolo del club. Tendrá por delante la tarea de encaminar al Barcelona nuevamente hacia el éxito, sobre todo a nivel internacional, ya que pasaron cinco años de la última conquista de la Champions, en el 2015. Después de tal edición, los resultados en la prestigiosa competición europea fueron profundamente dolorosos.
En 2016 el Barça fue eliminado por el Atlético de Madrid en Cuartos de Final. Peores serían las derrotas en las temporadas siguientes: Juventus lo expulsó luego de un 3-0 global por una goleada en la ida, y tras ello sucedieron dos episodios casi idénticos. En 2018 había encaminado la serie ante Roma al vencerlo 4-1 en el Camp Nou. Pero los italianos dieron un batacazo y con un inesperado 3-0 despidieron a los de Ernesto Valverde. Al año siguiente, ya en semifinales, Barcelona sacó una gran ventaja y tenía medio pie en la final, tras golear 3-0 al Liverpool de local. Pero luego sucedió aquel partido que nadie olvidará: una noche perfecta de los Reds tumbó a los culés y volvió a separarlos de su sueño por la “Orejona”. Cuando parecía que semejantes derrotas ya habían sido una lección suficiente, la eliminación ante Bayern Múnich fue más escandalosa aún. Un insólito 8-2 confirmó el recambio que necesita el club y el primer paso para la reestructuración fue la salida de Setién, que nunca logró afirmarse en el cargo y en apenas ocho meses su gestión ya venía desgastada.
Luego de tantos años insatisfactorios, está claro que el momento actual no se debe únicamente a errores del último entrenador (ni tampoco del anterior). Pero para emprender la vuelta hacia la gloria era necesario que hubiera un cambio de timón, y Ronald Koeman fue el elegido para redireccionar al Barcelona hacia la cima del país y del continente. En un momento de crisis de identidad, la llegada de una leyenda del club parece interesante para restablecer el orden y recuperar el orgullo. El holandés jugó en el Barça desde 1989 hasta 1995, y dejó una huella imborrable. Disputó 264 partidos, convirtió una impresionante cantidad de 88 goles y conquistó 10 títulos. Fue integrante del Dream Team de Johan Cruyff y, entre tantos gritos, él fue el autor de uno que quedará para la historia: estampó el 1-0 ante Sampdoria en la final de la Copa de Europa en 1992, en la prórroga, y así Barcelona alzó por primera vez en su historia el prestigioso trofeo.


Koeman volverá ahora a un club al que le urge la necesidad de recuperar la alegría. Luego de muchos años en los cuales estuvieron por caminos separados, ahora se reencuentran para poner de pie al gigante herido.
El neerlandés, después de retirarse, formó parte del cuerpo técnico culé, pero en el año 2000 se lanzó como entrenador principal en su país natal, en el Vitesse. Al año fue designado al mando del Ajax, donde ya había triunfado como jugador, y conquistó dos Ligas y una Copa nacional. Su siguiente experiencia fue en un grande como Benfica, donde obtuvo la Supercopa de Portugal. En 2006 regresó a los Países Bajos, y volvió a ganar la Eredivisie, pero con el PSV. Un año después asumió un gran reto en Valencia, donde ganó la Copa del Rey, pero no cosechó buenos resultados en la liga.
Luego estuvo al frente del AZ por un breve período, y en Feyenoord consiguió una mayor estadía por tres años, en los cuales obtuvo dos subcampeonatos y un tercer puesto. En 2014 arribó al fútbol inglés, donde realizó un trabajo destacado con Southampton: su equipo terminó 7° la primera temporada, 6° en la segunda (mejor marca del club en la era Premier League) y consiguió clasificar dos veces a la Europa League.
Aquellas campañas despertaron el interés del Everton, y tomó las riendas de aquel equipo en 2016. La primera temporada fue positiva, el equipo terminó en el séptimo lugar y clasificado a Europa League. En el campeonato siguiente, llevó adelante un Mercado de pases ambicioso, pero no tuvo el comienzo deseado y se desvinculó del club. Poco después, en 2018 le llegó la gran oportunidad de asumir el cargo en la Selección de los Países Bajos, que no había logrado clasificar a la Copa Mundial de Rusia. En junio de 2019 alcanzó la final de la UEFA Nations League, y su contrato abarcaba la disputa de la próxima Eurocopa y el Mundial de Qatar 2022. Pero tenía la posibilidad de ejecutar una cláusula de salida si se acercaba el Barcelona. De hecho, estuvo la posibilidad de ser el reemplazante de Valverde en enero de este año, pero no prosperó. Ahora sí llegó el momento, para atravesar el presente caótico, llevar adelante el rearmado del plantel, e intentar devolverle a la institución la gloria perdida.
A Koeman parece no temblarle el pulso a la hora de tomar decisiones fuertes. En su paso por Valencia se hizo cargo de hacer a un costado a jugadores de renombre para darle lugar a otros más jóvenes, y este aspecto es necesario para los planes del Barcelona. El propio club lanzó un comunicado, en el cual confirmó la salida de Setién, y en el que afirmó que se vendrá “una amplia reestructuración”. Posteriormente oficializaron la salida de Éric Abidal como secretario técnico, por lo que el plan de recomposición en la organización abarca distintos niveles, además del primer equipo.
Hace unos meses, en diálogo con Radio Catalunya, el entrenador holandés se refirió al presente culé y manifestó que él optaría por jugadores jóvenes, destacó a la cantera propia, ejemplificando con el éxito de jugadores formados allí como Xavi e Iniesta, y sostuvo que hacía falta un recambio en la defensa, mediocampo y ataque del equipo blaugrana. Habló de que era importante pensar en el futuro, porque el plantel contaba con varios futbolistas por encima de los 30 años y que tal hecho merecía ser considerado para el futuro blaugrana.
También elogió a Lionel Messi, y remarcó la importancia de que esté rodeado correctamente en el campo de juego, de forma que así pueda llevar a cabo su función y tener el apoyo de sus compañeros. Existen muchas especulaciones con respecto al futuro del argentino: a las frustrantes eliminaciones de Champions League de los últimos años se sumaron conflictos con los dirigentes en los últimos meses y también el pésimo desenlace de la temporada reciente, con un final amargo en La Liga y la grosera derrota ante Bayern. Tales factores parecen poner en duda la continuidad de la estrella mundial en el único club donde jugó profesionalmente. Perderlo sería un verdadero problema para la institución y para el nuevo entrenador, la permanencia del 10 debe ser prioridad para poder reconstruir a un equipo con la obligación de levantarse.
Poco más de 20 años después, Ronald Koeman, el hombre que brilló en una época de esplendor del club, regresa para reorganizar la casa y cambiar piezas con el objetivo de encaminar otra vez al Barcelona a lo más alto, lugar que su historia exige.