Viaje interminable para un Madrid herido

El viaje más largo llega en el peor momento. No solo faltan piezas clave, también sobra el recuerdo del último golpe recibido.

El Real Madrid no tuvo tiempo para asimilar la goleada sufrida en el derbi madrileño. Apenas unas horas después, la expedición blanca se subió a un avión rumbo a Almaty, en Kazajistán, para afrontar la segunda jornada de la Champions. Un desplazamiento de 14 horas, con escalas incluidas, que añade un componente físico y mental a una plantilla golpeada por las bajas.

Ni Dani Carvajal ni Éder Militao, lesionados en el derbi, viajaron con el grupo. A sus ausencias se suman las de Ferland Mendy, Antonio Rüdiger y Trent Alexander-Arnold, dejando a Xabi Alonso sin cinco defensores clave. El entrenador deberá improvisar soluciones, incluso barajar la opción de colocar a Fede Valverde en el lateral, aunque sea una posición que no le convence.

La misión del técnico es más psicológica que táctica. El golpe en el Metropolitano dejó heridas abiertas y la sensación de fragilidad. Otro traspié en la Champions pondría contra las cuerdas el nuevo proyecto, todavía en fase de construcción. La exigencia no se detiene y el margen de error es mínimo.

Una expedición maratoniana

El viaje al extremo oriental del mapa UEFA tiene tintes de aventura. Almaty, antigua capital kazaja, no cuenta con vuelos directos desde Madrid, lo que obligó a la expedición a encadenar escalas antes de llegar. Son seis mil kilómetros de distancia, una diferencia cultural evidente y un calendario apretado que no deja tiempo para descansar.

Una fiesta local

Mientras el Madrid lidia con su crisis, en Kazajistán se vive con ilusión la visita. El Kairat Almaty, fundado en 1954, recibirá al conjunto blanco en el Central Stadium, un recinto modesto de 23.000 espectadores que sabe crear un ambiente caldeado. El fútbol allí se vive como una fiesta, con banderas amarillas y negras y un clima favorable que no bajará de los 12 grados.

La incógnita está en si el Madrid sabrá levantarse. El viaje más largo de la Champions se ha convertido en una prueba de resistencia para un equipo que necesita reaccionar cuanto antes.