Los jugadores del Real Madrid cuestionan a Xabi Alonso
Las señales de tensión en el Real Madrid van más allá de los resultados: según diversas fuentes, un sector de la plantilla empieza a poner en duda la dirección de Xabi Alonso. Lo que en un primer momento parecía disciplina y orden ahora corre el riesgo de convertirse en un problema interno grave.
Algunos futbolistas denuncian cambios confusos durante los partidos, que alteran el ritmo y descolocan al grupo. A ello se suma un sistema defensivo que, en momentos de transición, deja al equipo vulnerable . Varios informes apuntan a que esta rigidez táctica frustra a quienes piden más libertad para explotar su talento ofensivo.
Además, varias figuras han expresado su descontento por roles poco claros: no saben exactamente qué se espera de ellos ni cómo encajan en los planes de Alonso. Y lo más preocupante: hay quienes ya admiten que no creen en el método del entrenador.
Parte del malestar proviene de un cambio más profundo en la cultura del club. Alonso ha instaurado un método estricto, con sesiones físicas exigentes, análisis en vídeo y control de horarios, algo que no ha sentado bien entre los jugadores veteranos, que sienten que su libertad creativa se ha visto reducida. Según estas fuentes, algunos sienten que su voz ha sido silenciada.
El problema no es solo futbolístico, sino también psicológico: ciertos miembros de la plantilla perciben a Alonso como distante y demasiado cerebral, un contraste marcado respecto a la cercanía de entrenadores como Carlo Ancelotti en el pasado.
Y no son solo los jugadores: desde la directiva también han saltado las alarmas. Según analistas, permitir quejas internas tan intensas podría socavar la autoridad del técnico si no se afrontan con firmeza.
En resumen, lo que comenzó como un proyecto ilusionante bajo el mando de Alonso podría estar encallando por un choque entre visión táctica y ego de vestuario. El gran reto para el entrenador será reconducir estas fricciones antes de que terminen por minar su credibilidad y su liderazgo.


