El viaje más incómodo llega en el peor momento

La derrota en el derbi complica un viaje ya de por sí exigente. Logística, clima y horarios marcan la cita más lejana de la Champions.

Cuando el sorteo de la Champions League dibujó el camino del Real Madrid, en Valdebebas hubo un destino que todos marcaron en rojo: Almaty. No era solo un desplazamiento más, sino la visita más incómoda por distancia, horarios y preparación. Ahora, tras la dura goleada sufrida en el Metropolitano, la expedición blanca encara esta odisea en su momento más delicado.

La principal dificultad está en el viaje. El trayecto, de unas ocho horas en vuelo chárter, se convierte en una auténtica maratón para los aficionados que viajan con escalas: entre 12 y 24 horas hasta llegar a destino. A eso se suma una diferencia horaria de tres horas, que obliga a reajustar rutinas de descanso y entrenamientos para rendir en condiciones.

Un entorno distinto

El clima y la geografía también juegan su papel. A pesar de que en septiembre las temperaturas rondan los 15 °C, el frío seco de la región y la altitud de la ciudad exigen un esfuerzo extra. Almaty, a los pies de la cordillera Trans-Ili Alatau, no es un lugar habitual en el mapa europeo, lo que obliga a una adaptación inmediata. El duelo se disputará en el Ortalyq Stadion, un escenario de 23.000 asientos modesto en tamaño, pero capaz de generar un ambiente hostil para cualquier visitante.

Plan sin margen de error

Xabi Alonso tenía previsto rotar y administrar cargas, pero la derrota en el derbi y las bajas de Militao y Carvajal cambiaron la estrategia. El técnico viajó con todos los disponibles, consciente de que cada pieza es clave para enderezar el rumbo. El equipo aterrizó en la madrugada en Almaty y se instaló en el hotel de concentración, donde ajusta un plan minucioso para entrenar, comer y descansar según la hora local.

El golpe del 5-2 en el Metropolitano aún pesa en el vestuario. Lo que en otras circunstancias habría sido solo un desafío logístico se ha convertido en un examen mental y deportivo. Como resumió el capitán: “Transformar la frustración en energía y fuerza para sacar los tres puntos”.