El R. B Leipzig debe mostrar esta temporada todas las buenas sensaciones que dejo en la anterior, pero al mismo tiempo gracias a conservar la columna vertebral del equipo y la llegada de algún fichaje ilusionante se enfrenta a la exigencia que el proyecto de Nagelsmann de mayores frutos.
El inicio de pretemporada para los toros rojos tuvo momentos de zozobra, tras la salida de Werner, llego la imposibilidad de fichar o retener a Schick, algo parecido pasaba con Angeliño, motivadas ambas por la crisis económica derivada del coronavirus, y los rumores insistentes de la marcha de Upamecano. El propio Nagelsmann en una entrevista se mostraba a disgusto con la situación, y pedía a la dirección del club un esfuerzo económico; sus palabras parecían dejar la puerta abierta a una posible salida.
Finalmente, se consiguió cerrar un acuerdo con el City por el lateral español, no ha salido Upamecano, y el club ha fichado a Josko Gvardiol central del Dinamo de Zagreb y a Alejandro Sorloth, delantero noruego que quiere hacer sombra a Haaland. Este fichaje era vital, ya que a pesar de las victorias en Pokal y ante el Mainz, el equipo mostraba sus dificultades para marcar.
La plantilla posee una gran calidad y con jugadores muy jóvenes y de futuro, y lo más importante, mantiene el sello de Nagelsmann, uno de los mejores entrenadores europeos. Si la temporada pasada puso en aprietos al Bayern y llegó a cuartos de Champions, en esta los retos deben ser mayores. Cierto es que es difícil que pueda arrebatarle la Liga al Bayern, pero si lucharle, como mínimo, al Dortmund esa segunda plaza, y no quedar tan distanciado de los bávaros, y en Pokal debe avanzar mínimo a semifinales. En Champions ya no será una Cenicienta, y ahí le esperan retos mayores, llegar a cuartos de nuevo, y quizás a semifinales, ganarla son palabras mayores.
