PROMESAS | Facundo Pellistri, la nueva joya uruguaya tipo exportación

Imagen: as.com

El intrépido jugador de Peñarol ya envió señales al fútbol europeo sobre su presencia y juventud, además de portar el número 10 en El Carbonero con apenas 18 años. Es uno de esos talentos para tener en cuenta

El retorno del fútbol uruguayo a principios de agosto causó una sorpresa muy satisfactoria con el elevado nivel futbolístico de Facundo Pellistri. El talentoso extremo de apenas 18 años y que desde ya porta el dorsal número 10 llamó gratamente la atención en todo el continente, e incluso, sus buenas condiciones técnicas y su carácter para ir siempre adelante como buen charrúa arribaron hasta varias escuadras europeas que ya mostraron su interés de hacerse con la nueva joya suramericana. Por su parte, ya se le vinculó con Boca Juniors y Juan Román Riquelme, pero el principal objetivo del club de Montevideo es mantenerlo hasta que llegue a su máximo punto de formación, no solo para extraerle una cantidad elevada, sino también para asegurar su futuro en la élite.

Ni siquiera ha llegado a la categoría Sub-20, pero su fútbol exquisito ha causado furor en la liga uruguaya y las defensas contrarias parecen ser el campo de entrenamiento de un crack de crecimiento, mismo que probablemente siga los pasos de Federico Valverde o Nahitan Nández, canteranos de Peñarol y hoy pilares fundamental de la selección nacional. Fue figura en la primera fecha del torneo Apertura ante Nacional, pero ni la condición de clásico ni la neblina baja pudieron amilanar su magia y su incontrolable ímpetu. Facundo Pellistri hoy tiene una cláusula de 10 millones de dólares.

En la actual liga charrúa, el talentoso Pellistri ha estado presente en cinco de los 10 partidos diputados por Peñarol. Su posición habitual es de extremo derecho y completa la segunda línea de cuatro (4-4-2) en compañía de Facundo Torres, Cristian «El Cebolla» Rodríguez y Jesús Trindade, como lo hizo en el más reciente enfrentamiento ante Liverpool de Montevideo. Aun así, ha estado en ocasiones divirtiéndose por la banda izquierda y entre el torneo Clausura 2019 y el Apertura 2020, ya completa casi 20 partidos con el primer equipo. Su nivel fue suficiente para ganarse la 10, dorsal que ha estado en ídolos carboneros como Diego Forlán y Pablo Javier Bengoechea en el siglo presente.

Su juego cautivador

Un buen jugador uruguayo es ese que va al frente, que le mete el pecho a la situación y que no niega una gota de sudor por su equipo. Pese a que Facundo Pellistri no supera el 1,74 de estatura y su biotipo deja ver una adolescencia atípica en el profesionalismo, la presencia física sobre el campo es lo que menos importa para disfrutar de su fútbol. Se puede considerar escuálido, débil y hasta con cara de infante, pero la velocidad que posee, además de un dominio de balón indiscutible le dan un rotulo de desequilibrador nato. La aceleración con la pelota, el cambio de ritmo y el regate corto son sus mayores virtudes. No lo pueden parar ni los defensores más robustos cuando está enchufado y de buen humor.

Aunque es un juvenil con una carrera acelerada en el primer equipo, Pellistri cuenta con grandes cualidades que se podrán explotar y sacar su mejor versión en temporadas venideras. Pero para eso necesita fogueo como titular y un papel protagónico, cuestión que le conviene a Peñarol y que le retrasan un poco su paso a Europa. Si se mantiene en casa, probablemente llegue a una de las grandes ligas ya consolidado. De por sí, la chispa que emite cada partido hace parar a los aficionados de sus sofá, con esto de la pandemia.

Es un extremo ágil, que le gusta dirigir su juego hacia el 1 vs 1 en todos los dominios de balón. Más que ser una moto que no deja rastro por banda, es ese estilo de jugador que mima la pelota, que espera al rival para evadirlo con un regate atrevido y seguir con unos cuantos más de cara al arco. Sin embargo, ese es un punto a mejorar, pues es individual en demasía y se deja llevar por su talento más que por la colectividad que se necesita en un fútbol tosco y aguerrido como el uruguayo.

No es corpulento, pero su capacidad de proteger el balón de espaldas le da un plus. Es escurridizo hasta para el tacles contrarios. Con la pelota en los pies le gusta meterse al medio desde la banda y, curiosamente, intentar por donde hay menos espacios. Esa juventud le hace ser un futbolista instintivo y poco racional a la hora de tomar decisiones más estratégicas. Igualmente, el talento que tiene sobre sus extremidades inferiores le dan una ventaja en la mayoría de situaciones. Si se controla ese impulso y se le da un poco más pausa, seguramente sus condiciones volarán por los aires.

Qué debe potenciar

Al ser tan enérgico y enfatizarse tanto en la gambeta, Pellistri aún no posee ese punto fuerte de pases y remate. Su velocidad de movimientos y sus frenos desactivados lo dejan ver como un delantero que no tiene tanta técnica para tocar el balón a sus compañeros, ya sea con pases filtrados, pases largos y centros. Incluso, en los pases cortos y rastreros se le ha visto esa falencia. No es capaz aún de explotar el toque de balón en movimiento, mucho menos en postura estática, esa que nunca se le ve. Llega corriendo al estadio y va al camerino como una Moto GP.

Ya en la parte de remate al arco, se le ha visto potencia y colocación siempre y cuando no sea en movimiento. Tiene buen golpeo directo llegando por la mitad, pero se debe explotar esa cualidad ya en pelotas dominadas. Más allá de mejorar su golpeo y pase, es importante infundir en él la pausa y la tranquilidad necesaria para levantar la cabeza, acomodar bien el pie y desenfundar.

Mientras tanto, en la parte defensiva está, quizás, su punto más flojo. No es de características defensivas ni mucho menos, pero el fútbol actual obliga a ayudar en el primero tercio cuando no se tiene la pelota. No se le han visto capacidades de recuperación, por lo que tiene que recurrir a la falta. Además, no es de apoyar al lateral en jugadas defensivas, factor que dificulta la superioridad numérica en campo propio. Definidamente está hecho para atacar.