Antoine Griezmann no vive un buen momento en el FC Barcelona. El atacante llegó al cuadro blaugrana en verano de 2019, luego de que el conjunto azulgrana pagara su cláusula de 120 millones. El astro francés, que el verano anterior había ganado el Mundial de Rusia con Francia, venía con el cartel de superestrella y con la intención de ganarse a la afición ‘cule’. Sin embargo, casi un año después del anuncio de su fichaje, Griezmann no ha conseguido convencer a los seguidores del Barça y su rendimiento está muy cuestionado.
Si bien es cierto que Antoine ha recibido muchas críticas, sus estadísticas en Barcelona son bastante notables: 14 goles y 5 asistencias en 31 partidos. Pero el principal punto negativo de Griezmann es su escasa participación en el juego, provocado por la falta de adaptación al estilo del Barça y a la nueva posición que ha ocupado este año. Muy distinta a la que ocupaba en el Atlético de Madrid, y a la que juega con Francia.
Griezmann en cifras
Con unos datos se comprende mejor. En Francia, durante la fase de clasificación para la Eurocopa, Antoine promedió 76,3 toques por partido, y 46,2 pases por partido. Con su selección tiene una gran participación e influencia en el juego, fruto de la libertad absoluta que le otorga Deschamps porque es una pieza clave.También era un fijo en el Atlético, donde promedió durante la temporada 18/19 un total de 52,4 toques por partido y 29,4 pases. A pesar de que hay gran diferencia con Francia, hay que tener en cuenta que el conjunto de Simeone despliega un fútbol mucho más defensivo y con menos posesión.
En el Barça durante esta temporada ha acumulado un total de 4,3 toques por partido, y 28,8 pases por partido. Son unos números muy parecidos a los del Atlético, pero en proporción son muy pobres para un jugador de su calidad, ya que el Barça promedia unos 300 pases más por partido que el conjunto colchonero.


El sistema del FC Barcelona provoca que Griezmann tenga que jugar escorado en banda izquierda, algo que perjudica mucho al desarrollo de sus puntos más fuertes: recibir entre líneas, generar superioridades por dentro como tercer hombre, y moverse con libertad e incluso ser el generador de juego. Todo esto lo lleva a cabo con Francia, y así jugaba también en el Atlético, donde era un jugador absolutamente decisivo.
En ambos equipos, Griezmann era el ‘10’, la principal estrella. Pero en Barcelona está Leo Messi, y eso es un factor muy diferencial que resta protagonismo al francés. En el 4-3-3 habitual del Barça, la mayoría de partidos Antoine ha ocupado la posición de extremo izquierdo. Allí se le ha visto muy encorsetado, sin la libertad de movimientos de la que a él le gustaría poder disfrutar para desplegar su fútbol.
Su tendencia a ocupar zonas intermedias entre la defensa y el centro del campo rival, le hace compartir espacios con Leo Messi, por lo que no consigue recibir cómodamente en la mayoría de ocasiones. Desde la lesión de Luis Suárez en enero, también ha jugado de delantero centro, pero ahí tampoco ha rendido bien, puesto que era él quien tenía que fijar a los centrales rivales y que otros fueran los que ocuparan esos espacios libres que él generaba.
Así, Griezmann tiene una misión muy complicada y que, hasta el momento, no ha conseguido. Su posición ideal, la de media punta, no existe en los esquemas del FC Barcelona, y las zonas ideales que debería ocupar para desplegar su juego están ya protagonizadas por Leo Messi. De esta manera, el delantero francés deberá adaptarse, más pronto que tarde, a su nuevo rol dentro del Barça, o por el contrario tendrá que buscar una salida.