Nunca una decisión del Barça fue tan buena como cuando se decidió que Pep Guardiola i Sala tomara cargo del primer equipo. Un canterano, un jugador que ejemplifica como muy pocos los “valors” de la casa. Todos saben cómo acabó aquella historia: 14 títulos de 19 posibles en 4 temporadas, por muy rápido que se nos quiera olvidar.
Pep Guardiola es un obsesivo. Del deporte y de todo lo que, en cualquier medida, le apasiona. Y una de sus grandes obsesiones como entrenador ha sido el concepto de la eternidad. Previo a la final de Champions League entre Barcelona y Manchester United, le soltó una frase memorable al vestuario: “Si perdemos, seguiremos siendo los mejores. Pero si ganamos, seremos eternos.” Todos saben cómo acabó, también, aquella historia.
Casi 10 años después, a Guardiola no le ha dejado de obsesionar dicho concepto. Está disputando su octava temporada desde que salió del Barça. Ha ganado allá a donde ha ido, pero mientras muchos le critican por no ganar una Champions—que es, por cierto, dificilísimo—a él le da por seguir buscando la eternidad. ¿Y cómo hacerlo? Ya dejó huella con el mejor Barça de la historia, ya triunfó en Alemania y ya ganó 2 títulos de Premier League, incluyendo uno con récord de puntos. Sus equipos serán eternos, pero ¿él lo será?
Si en el fútbol hablamos de eternidad, un gran ejemplo es Sir Alex Ferguson. Un ganador nato. Podríamos incluso agregar a Arsene Wenger. Y ¿qué tienen en común? La longevidad. Ambos entrenaron a sus equipos, Manchester United y Arsenal, durante más de 20 años. Ahí está la respuesta.
Pep declaró el 19 de septiembre que le “encantaría seguir en Manchester. Estoy muy a gusto aquí y me gustaría quedarme por mucho tiempo, pero me lo tengo que merecer.”
Y vamos, no se puede decir que no lo merece. La respuesta a la pregunta de Guardiola pasa por quedarse en el City. Cabe destacar que desde que empezó a entrenar, Pep nunca perdió ligas de manera consecutiva. Este tipo de consistencia es lo que invita a pensar que Guardiola sería capaz de construir un imperio futbolístico para dominar la siguiente década en Inglaterra.
Muchas veces en la vida uno sale de su zona de confort pensando que ha dejado casa, solo para darse cuenta que su hogar nunca fue ahí. ¿Y si el Barça no es la casa del Guardiola entrenador?
Pep debe cambiar la tendencia de nómada europeo. Debe asentarse en un lugar en el que se le permita ser feliz, y Manchester parece ser su sitio en el mundo. Esa es la respuesta a su pregunta. Esa es la clave de la inmortalidad futbolística. Romper con la tendencia de contratos incumplidos que rige en el deporte rey. Porque si a alguien le gusta romper con la norma, es a ti, Josep. Piénsatelo.