No los dejen solos, por favor

Por: Ignacio Osorio (Twitter: @NachoOsorio1)

A raíz de la pandemia de covid-19 que afecta incesantemente al mundo, los canales de televisión, en consecuencia, se han visto sumamente mermados a la hora de tener al aire su programación habitual, generando una pequeña crisis programática; y bien, crisis es señal de oportunidad en la mayoría de los casos. Esta no es la excepción. 

Ante la falta de programas, la revisión de hitos ocurridos en el deporte hace algunos años se volvió recurrente, sobre todo con los que tienen relación con la selección, así lo demostró la retransmisión de la Copa América 2015 y lo mismo con la CA Centenario de hace cuatro años atrás por parte de Canal 13. TVN no quiso quedarse atrás y comenzó el fin de semana pasado con lo que fue la gesta casi épica de la selección chilena sub-20 en el mundial de Canadá en el 2007, hace trece años. 

Durante la revisión de estos partidos, los recuerdos y la nostalgia son evidentes e inevitables, del mismo modo, con la distancia del tiempo y la racionalidad y experiencia de los años, es irremediable hacer una análisis somero de lo que fue, en términos generales, esa generación tercera del mundo, donde solo cuatro de sus exponentes (Medel, Isla, Alexis y Vidal) siguen el fútbol europeo y a un buen nivel. Del resto, poco y nada, incluso muchos retiros. Pero hay un retiro, una ausencia que duele más que las otras, muchas casi inevitables, pues, así es el fútbol, pero esta en particular siempre genera más que sólo ruido: Mathias Vidangossy. 

El formado en la Unión Española y que fue visado por el propio Manuel Pellegrini para probar suerte en el Villarreal, equipo en el que apenas aparece en el registro, no tuvo la carrera que su talento con los pies le auguraba. Porque aunque llegó a Colo-Colo, su paso por el Monumental fue más agrio que otra cosa, siendo el inicio del fin para un jugador excelso, incluso, mejor técnicamente que el propio Alexis Sánchez. Pero las piernas y la capacidad de meterla en el ángulo no lo son todo, y Mathias es una muestra de ello. 

Afectado con un temprana depresión que lo llevó a retirarse del fútbol por un año, el exjugador del Almería – hoy en segunda división hispana- es la muestra de la falta de trabajo, preocupación y dedicación que se le da al aspecto psicológico y mental de un jugador de fútbol en Chile, se les deja de lado y se les transforma únicamente en máquinas de hacer goles, tapar penales o barrerse como el mejor defensor central, pero estamos, como medio futbolístico, lejos de tener razón. 

Mathias Vidangossy y muchos otros han sido dejados de lado en su preparación y acompañamiento psicológico, en cuidarles y darles el apoyo necesario para que no solo sean deportistas estables, sino que también sean personas que puedan desarrollarse íntegramente en la sociedad. Y así como esto es una crítica expuesta y sin ningún tapujo a las Sociedades Anónimas y su modelo de gestión y formación de talentos, también lo es a la sociedad en general, pues la salud mental importa, sea jugador de fútbol o no. Por favor, nunca más los dejen solos, porque no solo le hacen un daño (el menor de ellos) a la selección, también se lo hacen a los deportistas y familias involucrados. Hoy, quizás, Mathias y tantos otros ven cómo el deporte al que le dedicaron gran parte de sus vidas, y que incluso en algún momento les prometió el éxito, los deja de lado, sin preocupación ni interés en ellos, pero por sobre todo, sin interés ni preocupación, cuando es necesario en forma urgente: la formación. 

Por favor, no los dejen solos. Por el bien de la selección y los clubes,  pero por encima de todo, de las propias personas involucradas en este deporte que a veces pareciera ser traicionero y verte como un mueble que sirve mientras atajes, hagas goles y vendas camisetas.