PROMESAS | Nicolò Zaniolo, el purasangre italiano de la nueva generación

Imagen :todofichajes.com

El extremo de 21 años llegó al AS de Roma hace dos temporadas procedente del Inter de Milán, como parte de pago por Radja Nainggolan y sin haber disputado un solo minuto en primera división. Sin embargo, hoy ya es un uno de los pilares fundamental en la nueva generación italiana

Nacido en Massa-Italia el 2 de julio de 1999, Nicolò Zaniolo ha llevado el fútbol en la sangre toda su vida. Su padre, Igor, jugó profesionalmente hasta 2012, y esa influencia futbolística hizo que Nicolò se sumara a las canteras de equipos como Genoa y Fiorentina hace casi una década. Llegó al Virtus Entella de Serie B en 2016, lugar donde debutó como profesional con apenas 17 años. Allí disputó  menos de cinco partidos con el primer equipo. Su amateurismo de aquel entonces le permitió convertirse en nuevo jugador juvenil del Inter de Milán por una cifra cercana a los 1,8 millones de euros en la temporada 2017-2018.

La segunda división del fútbol italiano no bastó para considerar aún a Nicolò Zaniolo como futbolista profesional, y tuvo que hacerse un espacio en las divisiones menores del club Nerazzurri, transformándose en la perla de la selección italiana en sus categorías Sub-18 y Sub-19. Las grandes actuaciones que tuvo en categorías inferiores lo llevaron a ser parte de la  negociación entre Roma e Inter por el belga Radja Nainggolan. Llegó traspasado al club capitalino como parte de pago, sin tener mucha repercusión entre el periodismo y los aficionados. Aun así, llegar a La Loba fue lo mejor que le pudo pasar a este extremo derecho, incluso estando a la sombra de Justin Kluivert, el refuerzo holandés que llegó como una gran promesa en la campaña 2018-2019.

Sin haber jugado un solo partido en la Serie A con su nuevo club, el toscano de 1,90 tuvo minutos en la Champions League ante Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Fue convocado sorpresivamente por Roberto Mancini para vestir la casaca del combinado nacional, según el propio DT, gracias al rendimiento mostrado en la Sub-19 y Sub-21. Hoy, Nicolò Zaniolo ha disputado 67 partidos con Roma, y marcado 14 goles. Repartidos estos números en las dos temporadas donde ha sido un gran revelación para el fútbol italiano, carente de nuevos talentos. Incluso, su valor en el mercado ronda los  50 millones de euros, cuando hace dos años fue moneda de cambio.

En la última temporada, donde Roma fue quinto de la Serie A, Zaniolo participó en 31 partidos entre liga y Europa League, marcando ocho goles entre ambas competiciones. Sin embargo, una ruptura del ligamento cruzado lo marginó casi ocho encuentros, pero esto no fue obstáculo para un rendimiento superlativo y el detonante de su calidad que ahora lo ponen en la lista de jugadores pretendidos por los grandes de Europa.

¿Qué tipo de jugador es?

Nicolò Zaniolo juega en la posición de extremo derecho, pese a que su pierna hábil es la izquierda. Jugar con perfil cambiado ha sido una ventaja en su rendimiento, pues tiene la capacidad de comenzar jugando por banda y finalizar las jugadas por centro con remates potentes o pases entre líneas para los delanteros. También es capaz de  generar peligro por la izquierda y sorprender con su dominio de los dos perfiles. Tiene una gran capacidad para retener el balón, ganando duelos ante sus contrincantes.

Su versatilidad y gran capacidad física ha llevado al DT Paulo Fonseca a posicionarlo en diferentes lugares de la cancha. Como interior por ambas bandas y también de mediapunta. Sin embargo, este jugador ha mostrado falencias en pases cortos y largos, dejando ver que su mejor cualidad no es el toque de balón. Pese a ello, genera gran cantidad de situaciones de gol con sus remates y centros. Por otro lado, la juventud de Zaniolo lo obliga a ser el jugador más vertical del plantel y tener un estilo de juego vertiginoso y de cara al arco contrario, como si no tuviera frenos en sus piernas ni temor a medirse con los defensores contrarios.

En este aspecto fundamental en su ADN, Nicolò se ha convertido en una pesadilla para las defensas contrarias, al encarar y buscar posición de ataque siempre que posee el balón. Incluso, muchas veces su ímpetu puede llegar a ser contraproducente, pues su energía lo lleva a no dejar de atacar y saliéndose del sistema táctico de su estratega. Aun así, es de gran ayuda en la presión y recuperación tras pérdida de la Roma, pues posee gran potencia de piernas y llega rápidamente donde se encuentre el rival. Su mejor virtud en faceta defensiva es el corte limpio de balón y superioridad física, con extremidades largas y buen biotipo, atípico en un jugador tan explosivo.

Ya en la parte táctica ofensiva, aparte de agilizar el juego y ser el rompedor de líneas, Nicolò cumple una función particular, y no es precisamente con el balón. En diferentes encuentros se ha visto como ha dejado su posición natural para ubicarse estratégicamente en el área, haciendo movimientos similares a los que acostumbra, pero esta vez sin el esférico. Este comportamiento permite a la Roma tener tres delanteros de área (Zaniolo, Kluivert y Džeko). 

También cuando no posee el balón, busca espacios, se desmarca, arrastra marcas que abren espacios de peligro y desgasta físicamente el cuarteto defensivo rival, siendo un jugador incómodo para enfrentar y controlar.