Polémico, audaz, irreverente y carismático han sido los calificativos que te describen en una trayectoria para subrayar en tierras lejanas. Sin embargo, toda moneda tiene dos caras. En esta ocasión, perdiste una guerra con los pepineros, en la cual te viste inmerso tras kilómetros recorridos.
Con un título en territorio mexicano, después de haber dirigido dos conjuntos y calificar a una selección mexicana que parecía desahuciada a un mundial, llenaste una maleta con sueños y metas, emprendiendo un viaje a latitudes jamás visitadas por algún técnico tricolor.
Tu primera escala fue Osasuna. Un club modesto que impregnaste de garra, corazón y hambre de triunfo. Haciendo de ésta, una institución que transmitía a la perfección tu ADN en el terreno de juego. El trabajo rindió frutos y fue así como el equipo de Pamplona tras quedar cuarto puesto en LaLiga, disputó un boleto para participar en Champions League. Además, en una magnífica actuación en Copa del Rey, llevaste a los rojillos a una final que a la postre perderías en tiempo extra.
En un reto de mayor dimensión te vestiste de colchonero con un solo reto, hacer que el ‘Atleti’ volviera a Champions tras 11 años, y así lo hiciste. Los rojiblancos disputaron la máxima competencia a nivel clubes del mundo.
Un ‘bomberazo’ te reencontró con la selección de tu país y de nueva cuenta llevaste al ‘Tri’ a una copa del mundo cuando parecía escapársele. Pero el andar por suelos inimaginables eran tu destino.
La madre patria aclamaba tu vuelta a sus ruedos y Zaragoza te recibió con los brazos abiertos. Un año con altibajos hizo que te deslindaras del equipo maño. Dos años después, el Espanyol de Barcelona requeriría tus servicios en el banquillo, de tal forma tu hambre insaciable continuó su andar.
A partir de 2014 Japón sería tu hogar para ejercer como técnico del seleccionado nipón. Para tu infortunio, la federación del sol naciente te dio las gracias debido a que no quería tener relación alguna con un tema de amaño, en la cual te viste inmerso, asunto del cual tiempo después serías desligado.
Al-Wahda de Qatar tendría un nuevo reto en tu carrera. Los catarís no serían fáciles de guiar, pero las enseñanzas culturales harían que tus conocimientos futbolísticos crecieran. Siguiendo en territorios recónditos, otra selección se cruzaría en tu camino, esta vez sería la egipcia. Mohamed Salah estaría bajo tu mandato dejando aprendizajes invaluables en varios rubros.
Sin embargo, un nuevo y difícil desafío vendría para ti. El pasado 4 de noviembre, fuiste nombrado guía de Leganés. La oncena madrileña sumaba tan sólo una victoria en doce encuentros, tomando de tal forma un paquete muy pesado. Por si fuera poco, y el panorama fuese obscuro, jugadores de peso en el club fueron vendidos, pero aun así asumiste tu rol como capitán de un barco muy lastimado. Un gol fue la diferencia entre la permanencia y el descenso. Leganés dijo adiós a la máxima categoría española, eso sí, dejando todo en la cancha con un mandamás que cayó con la frente en alto. Tú, Javier Aguirre, continúas dejando el nombre de México en alto con una travesía remarcable, esperando que por el bien del balompié nacional continúes dejando tu sello en cualquier latitud del mundo.
