El domingo 23 de agosto Kingsley Coman se coronó campeón de la Champions League con el Bayern Munich, logrando así su vigésimo título a la edad de 24 años. Un dato que suena todavía más sorprendente si mencionamos que en sus 8 años de carrera ha ganado la liga doméstica, de cada equipo en el que ha jugado, todos los años desde que debutó como profesional
Coman anotó el gol con el que el Bayern se coronó campeón de la Champions, y el destino, los dioses del fútbol, una simple casualidad o lo que queramos creer, quiso que fuera contra el Paris Saint-Germain, equipo en el que debutó y que se ha gastado una fortuna para armar un equipo con el objetivo claro de ganar dicha competición, e irónicamente lo dejó salir del club de forma gratuita.
El francés hizo su debut profesional el 4 de febrero de 2013 con el PSG, a la edad de 16 años, 8 meses y 4 días, convirtiéndose así en jugador más joven en debutar con el equipo parisino. Récord que aún ostenta.
En el PSG jugó solo las temporadas 2012/2013 y 2013/2014. Aunque su participación fue mínima (un partido la primera temporada y tres en la segunda), levantó sus primeros títulos como parte del plantel; habiendo ganado dos veces la Ligue 1, una Copa de la Liga y una Supercopa de Francia. Para el mercado de verano de 2014 quedó como jugador libre, y así llegó a la Juventus.
En el club italiano tampoco jugó mucho, solamente 22 partidos, pero obtuvo cinco títulos más. A pesar de que salió cedido del club en el mercado invernal de la temporada 2015/2016 -con destino al Bayern Munich-, se le considera parte del plantel de la Juventus que ese año ganó liga y copa, sumando así dos trofeos de Serie A, dos de Copa Italia y una Supercopa de Italia.
Gracias a ese préstamo en la 15/16 al Bayern llegó el primer gol ‘paradójico’. La Juventus y el Bayern se enfrentaron en octavos de final de la Champions en una de las eliminatorias más emocionantes que se han visto en la competición. Llegaron a tiempo extra tras un marcador de 2-2 (4-4 global) y sería Coman quien marcaría, al minuto 110, el 4-2 definitivo contra el equipo que en ese momento todavía era dueño de su ficha.
Ya en Alemania se asentó de verdad. Al finalizar el préstamo, en 2017, el club alemán oficializó su fichaje por 21 millones de euros. Desde entonces a su palmarés se han añadido cinco Bundesligas, tres Copas de Alemania, tres Supercopas de Alemania y una Champions League. Y es esta última con la que se cierra ese círculo en el que encontramos la ironía -o a lo que algunos gustan llamar ‘karma’- de que el jugador más joven en haber debutado en la historia del PSG, mismo futbolista al que en su momento dejaron ir gratis y que al equipo rival le costó algo menos de la mitad de lo que cuesta en promedio (43m euros) cada fichaje del club francés desde que iniciara su proyecto multimillonario (1,200 millones de euros en total) es quién les hiciera el gol que les negaría la primera Champions en su historia.
Se podría decir que lo único que no le ha ido bien en su carrera fue no poder sumar a su gran palmarés la Copa del Mundo de Rusia 2018. Kingsley se perdió el Mundial que ganó su país por una lesión en el tobillo izquierdo y tuvo que ser operado. De hecho, para ese entonces, a sus apenas 22 años, el extremo izquierdo del Bayern había tenido que operarse dos veces el mismo tobillo, y confesó que de tener que someterse a una tercera pensaría en el retiro. Lo cual afortunadamente no ha sucedido.
