El Fútbol Club Barcelona anunció la contratación de Ronald Koeman en un ambiente con más dudas que certezas.
El técnico neerlandés ha dejado su cargo como entrenador de la selección de Países Bajos y se ha comprometido con el conjunto azulgrana para los próximos dos años, siempre en función de la decisión que tomará el nuevo presidente cuando se celebren las elecciones en 2021.
De esta manera, vuelve al Barça una de las personas más importantes de la historia del club. Koeman anotó el gol de la victoria en la prórroga de la final de la Copa de Europa de 1992 frente a la Sampdoria, y logró así, la primera de la historia de los ‘Culers’. Desde entonces ha quedado grabado a fuego en la mente de todos los aficionados azulgranas, el zapatazo del neerlandés en un lanzamiento de falta indirecto que se coló como un misil a la derecha de la portería de Pagliuca.
No obstante, a pesar de ser una figura histórica del club, y el defensa más goleador del Barça, su llegada al banquillo del Camp Nou no está exento de polémica. Tras la humillante derrota frente al Bayern el pasado viernes, la masa social azulgrana esperaba la dimisión de Josep Maria Bartomeu. Algo que ni se ha producido, ni se espera que se vaya a producir. La única decisión que tomó el presidente fue destituir a Quique Setién y a Eric Abidal de sus respectivos cargos. En consecuencia, ambos quedaron señalados como principales culpables de la debacle azulgrana, cuando en realidad el problema real está tanto más arriba en la directiva como más abajo en el vestuario.
Koeman llega a un vestuario en el que hay muchas decisiones que tomar y poco tiempo hasta que empiece la próxima temporada. Como primera medida, deberá determinar qué jugadores deben salir del equipo. Muchos jugadores señalados como culpables, pero a los que parece que va a costar de convencer de que tienen que abandonar el club por su jerarquía dentro del mismo.
Sin embargo, el técnico neerlandés ya ha demostrado en etapas anteriores que no le tiembla el pulso a la hora de decidir quién debe salir, ya sean futbolistas jóvenes o jugadores experimentados. Tiene muy claro quién no quiere en el vestuario y no estará dispuesto a aguantarlo ni un minuto más. Ya se puedo ver, por ejemplo, en su etapa en el Valencia, cuando apartó del grupo a jugadores que en la época eran auténticos emblemas del club ‘Ché’ como Cañizares o Angulo.
Lo que está claro es que Koeman ha llegado al Barça en el peor momento de los últimos años, cuando parece que ya ha tocado fondo. Una plantilla desanimada y cansada, una afición desilusionada y desconectada con los futbolistas, y una directiva cuya gestión ya no puede ir a peor. Muchos acusan al Ronald de haber llegado para ser una marioneta de Bartomeu. Solo el tiempo lo dirá, pero no cabe duda que tiene mucho trabajo por delante.
