El portugués recaló en el Atlético como fichaje estrella para sustituir a Griezmann por 127 millones
La bomba explotó el pasado verano al conocerse la mayor inversión de la historia del Atlético de Madrid por un jugador de 19 años, procedente del Benfica desembarcaba João Félix.
Una temporada para el internacional portugués marcada por un rendimiento irregular que se ha visto lastrado por las lesiones. Los 127 millones invertidos tendrán que esperar para ver si han valido la pena, de momento, la afición rojiblanca pide mucho más de su figura.
Las lesiones.
El principal problema de este año con el luso han sido sus continuas recaídas, un total de cuatro lesiones en el conjunto colchonero que han obligado al club a mantenerlo apartado en un total de 11 partidos. Imposible encontrar la regularidad de esta forma.
Otro dato revelador es el porcentaje de minutos jugados con la elástica rojiblanca, alrededor del 50%, difícil de creer a comienzos de campaña.
Sensaciones
En la pretemporada parecía haber desembarcado con Simeone un chaval de gran calidad, un crack, dispuesto a tirar del carro en las circunstancias más adversas. En la memoria su actuación en ese amistoso frente al Real Madrid con resultado de 7-3 a favor de los colchoneros.
¿La realidad? Todo esto fue un espejismo, si bien es cierto que en algún partido ha sido el auténtico motor, en otros estuvo totalmente dubitativo y poco participativo.
Estadísticas
En los números también se ve un claro retroceso, en Portugal firmó en 2.866 minutos la friolera de 20 goles y 11 asistencias. El Wanda ha visto reducida esas cifras hasta los ocho goles y tres asistencias en un computo de 2.417 minutos.
Enfados
Joao Félix ha protagonizado alguna polémica tras ser sustituido por Simeone, el entrenador argentino si no le ve al 100% opta siempre por sustituirle, y esto molesta al fichaje más caro de la historia del Atleti.
En definitiva, le queda mucho camino por recorrer a esta estrella, la confianza de su entorno va a ser clave para ayudarle a tomar las riendas de la institución y guiarla a lo más alto. El luso sabe jugar al fútbol, solo hace falta que las lesiones lo respeten.
