El derbi del Mersey era el partido que reunía a dos equipos con panoramas diferentes. El Everton de Ancelotti, llegaba al encuentro con puntaje ideal mientras que los de Klopp, venían de perder 7-2 en su último partido sembrando muchas dudas en su juego.
Los clásicos son esos partidos que te dan un envión anímico para revertir o potenciar una situación. Este derbi inició con la intensidad característica de la Premier. Al tercer minuto de juego, Mané puso el 1-0 a favor de los “reds”, tras una linda combinación entre el mismo y Robertson. Sin embargo, a partir de la salida de Van Dijk por lesión a los diez minutos, el Everton empezó a crecer en su juego, tanto así que logró el empate a los 19′ tras un lindo centro de James que aprovechó Keane, para de cabeza, superar la resistencia de Adrián. A partir de allí, el partido siguió con verticalidad e intensidad, pero con mucho dominio del Liverpool. Sin embargo, ninguno se puso en ventaja. El primer tiempo terminaría con tablas, dejando buenas sensaciones para los amantes de estos partidos.
En la segunda parte los equipos bajaron la intensidad, pero llegaron más opciones de gol. No obstante, los “blues” pudieron ponerse en ventaja en dos ocasiones claras, pérdidas por Calvert-Lewin y Richarlison. A los 71′ Salah aprovechó un mal despeje de Mina para poner el 2-1 y llegar a su gol número cien con los de Anfield. El goleador de la Premier y Everton no podía irse sin marcar gol, así que Calvert-Lewin anotaría el empate definitivo que dejaría a los de Ancelotti por encima de su eterno rival en la clasificación. Desde el segundo empate al final, solo destacar la expulsión de Richarlison, tras una fuerte infracción sobre Thiago Alcántara.