El Barcelona derrotó al Napoli por 3-1 en el Camp Nou y se clasificó a los cuartos de final de la UEFA Champions League. El desempeño colectivo e individual de algunos jugadores, le facilitaron la tarea al equipo y a su capitán, que pese a la oscuridad de la tecnología, el 10 brilla en el jardín de su casa.
Tras perder La Liga ante el Real Madrid, los rumores sobre la posible salida de Quique Setién, se aumentaban día a día, minuto a minuto. Sin embargo, frente al Nápoli paró a un equipo que funcionó como su entrenador lo había pensado. Con la franqueza de Ter Stegen, la dupla de Piqué y Lenglet en la zaga central, y la polifuncionalidad de los laterales, Semedo y Alba, encargándose de toda la banda, ante la ausencia de los extremos.
Las bajas de Sergio Busquets y Vidal, ponían en duda el parado táctico de su mediocampo. Sergi Roberto, Rakitic y De Jong, fueron las apuestas de Setién que funcionaron a la perfección. El holandés de 23 años, primero como volante central y luego ya como interior, es la frescura que necesitaba renacer en este Barcelona: siempre en la ubicación exacta, en un espacio libre, preparado para ser opción y recibir entre líneas. Toca, juega, quita, anticipa. Juventud, inteligencia, velocidad. Uno o dos movimientos son suficientes para liberarse de una o más marcas. De lo más prometedor individualmente del fútbol mundial.
Y luego el tridente de ataque, posicionados geométricamente como un triángulo. Dos puntas y uno más retrasado, en la posición de enganche. Este último generalmente es Messi, alternando con Griezmann, y Suárez fijado como un punta clásico. Al jugar cerrados, generando superioridad por el centro del ataque, posibilitaban a los laterales que accedan a los últimos metros del terreno de juego, pegados a la raya.
Por otro lado, el Napoli no encontró la comodidad que buscaba, con su esquema ya afirmado de 4-3-3, luego de haber iniciado mejor el encuentro. Tuvo oportunidades, ante el retroceso del Barca en el campo, y solo en dos ocasiones logró anotar, una de ellas, correctamente anuladas por offside.
El VAR quiso tomar un protagonismo, que el propio partido no se lo dejó llevar. Gol mal anulado a Messi, por una supuesta mano. Bochornoso, insólito. Suerte que su pésima influencia, no alteró el resultado.
