Colo Colo y la Universidad de Chile se vuelven a ver las caras en la cita máxima del fútbol chileno
Albos y Azules se enfrentarán el domingo 6 de septiembre en un clásico peculiar: sin público y con equipos convulsionados tanto dirigencial como deportivamente. Una disputa ilustre que guardará en su episodio 187 un recuerdo particular para las generaciones futuras, pues quedará como el superclásico que se jugó en plena pandemia.
Ambos equipos llegan con la necesidad (extrema) de sumar. El cuadro universitario se ubica en la sexta posición a 5 puntos del líder, Unión La Calera, y entiende que necesita romper la sequía de triunfos ante los albos para encumbrarse en la pelea por el título (hace 7 años que la “U” no logra derrotar a su máximo rival). Los “laicos” encuentran en Joaquín Larrivey, Walter Montillo, Matías Rodríguez, Camilo Moya y Pablo Aránguiz a sus máximas figuras y esperanzas de triunfo. Tienen como último precedente deportivo un empate 2-2 contra Palestino.
Por su parte, el Cacique se presentará en el Estadio Nacional con las esperanzas de mejorar su desafortunado andar en el Campeonato AFP Plan Vital, donde se encuentran en la 13° posición (con un paupérrimo 29% de rendimiento). Este partido (como todos los clásicos) es, fue y será algo aparte de lo inmediato y cotidiano, pues aquí se lucha más que un partido, una posición en la tabla o 3 simples puntos. Es en esa incertidumbre donde los albos (con mal presente) pueden campar a sus anchas, ya que cuentan con un factor psicológico adquirido en los últimos triunfos ante los universitarios, lo que les permite afrontar estos desafíos de manera distinta y competitiva. Marcos Bolados, Pablo Mouche y, el incombustible, Esteban Paredes son las principales armas de “el popular” para vencer en el juego que más portadas acapara en el balompié austral.
La versión 187 de un Colo-Colo vs. Universidad de Chile quedará en la retina porque se desarrollará en esta “nueva normalidad” y será una declaración explícita de intereses deportivos tanto del club ganador como del perdedor. Esperamos ansiosos la llegada del Domingo.