El Nápoli de Rudi García continúa siendo una enigma.

BOLOGNA, ITALY - SEPTEMBER 24: Rudi Garcia head coach of SSC Napoli during the Serie A TIM match between Bologna FC and SSC Napoli at Stadio Renato Dall'Ara on September 24, 2023 in Bologna, Italy. (Photo by Alessandro Sabattini/Getty Images)

El Napoli de García es un enigma desde que el francés se hizo cargo. Ya no es el equipo inteligente y entretenido de la temporada pasada, pero tampoco es un equipo cínico, centrado en la defensa y el contraataque. ¿Qué está haciendo Rudi Garcia?

Después del primer cuarto de campeonato el Napoli tiene 18 puntos (ocho menos que la temporada pasada), siete puntos por detrás del líder Inter, en perspectiva corre el riesgo de terminar la Serie A a casi treinta puntos del equipo campeón.

Desde que volvió a Italia, García ha dejado claro que no quiere continuar con el trabajo realizado por Spalletti – no se sabe por qué – pero su equipo aún no ha demostrado su verdadera esencia. Es todo y es nada. A veces es cínico, a veces espectacular, a veces busca la posesión, a veces la rechaza. Los partenopei son inescrutables, lo que indica que el trabajo del entrenador aún no ha sido completamente asimilado por los jugadores. Cambiar de un entrenador meticuloso y orientado al juego como Spalletti a uno más ahorrativo como Garcia debe ser un cambio debe ser, de hecho, un cambio de paradigma casi traumático.

Pero éste ni siquiera sería el principal problema si no fuera porque los campeones italianos están perdiendo muchos puntos: en los últimos cinco partidos entre la Serie A y la Champions los azzurri han conseguido dos victorias, un empate y dos derrotas: insuficiente.

Lo que complica aún más la situación es la actitud del técnico francés quien ve enemigos en todas partes, hace poco turnover, ha marginado a Jesper Lindstrøm (el fichaje más ambicioso de el último mercado: fue votado mejor rookie de la Bundesliga en la temporada 2021-22) y critica con frecuencia la actitud de sus jugadores, pero evita cuidadosamente hablar de táctica.

El 4-3-3 de García es muy diferente al de Spalletti, lo notó también De Laurentiis que durante el receso internacional buscó a Conte para encomendarle el equipo, pero el entrenador pugliese se negó a asumir un equipo durante la temporada.