La ilusión de que el FIFA-Gate arrojara un cierto manto de justicia a la corrupción del fútbol sudamericano (porque el europeo sigue siempre lejos de sus garras, salvo contados y excepcionales casos) parece derrumbarse con una de las noticias más insólitas de los últimos tiempos: la Justicia de Nueva York, que pareció tan implacable con los hechos ocurridos tras la redada de mayo de 2015 en Zurich con los dirigentes de la Conmebol que fueron presos, concedió la posibilidad de que el ex presidente de la entidad sudamericana, Juan Ángel Napout, regrese a su país, Paraguay, para ser operado de una aparente grave enfermedad, aunque todavía le quedaban 17 meses de reclusión.
Napout era presidente de la Conmebol cuando fue detenido preventivamente el 3 de diciembre de 2015 en Zurich, Suiza, a pedido del Departamento de Justicia de los Estados Unidos a fin de ser interrogado junto al entonces presidente de la Concacaf, Alfredo Hawit. A ambos se los acusaba de lavado de dinero, asociación criminal y corrupción.
Napout, de 65 años, fue acusado de recibir, en 2013, sobornos de la empresa “Datisa” mientras era presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol cuando su compatriota Nicolás Leoz -ya fallecido- era titular de la Conmebol. Se denunció que el pago que recibieron los principales dirigentes del fútbol sudamericano por la compra (a la baja) de los derechos de transmisión de la Copa América fue de 100 millones de dólares, de los que el entonces titular de la APF había recibido 7,5.
Este escándalo determinó que el 11 de diciembre de 2015, Napout, que reemplazó a Leoz en la Conmebol, presentara su renuncia, siendo reemplazado entonces por el uruguayo Wilmar Valdez, de manera provisoria, hasta el 26 de enero de 2016, cuando asumió (y se mantuvo hasta hoy) otro paraguayo, Alejandro Domínguez.
Apenas cuatro días más tarde, el 15 de diciembre de 2015, Napout fue extraditado a los Estados Unidos para ser juzgado. Se declaró “no culpable” y pagó una fianza de 20 millones de dólares para evitar la cárcel en ese momento, pero debió cumplir arresto domiciliario hasta que el 29 de agosto de 2018, la corte de Nueva York lo declaró culpable de los delitos de fraude y asociación ilícita, condenándolo a 9 años de prisión efectiva aunque la Fiscalía había pedido 20.
Luego de un tiempo en una prisión de máxima seguridad, pasó a otra de seguridad media en Miami una vez que se supo el alcance de la condena, y según su hermana María Virginia, el ex dirigente de fútbol obtuvo una “libertad compasiva” a partir de la consideración de la jueza Pamela Chen (la misma que dictaminó el fallo por corrupción) , al considerar “inexplicable” que el corrupto ex dirigente no recibiera la atención correspondiente y fuera operado de la vista como, según indica, necesitaba.
La hermana del dirigente calificó de “milagro” la decisión de permitir, desde el próximo 6 de julio, que el ex dirigente pueda viajar a su país para operarse tras haberse quejado del “poco trato humanitario” recibido en los Estados Unidos durante su prisión y que motivó que en abril de 2022, el Gobierno de Paraguay realizara un pedido oficial para que se aplicará a Napout la medida del traslado en el marco de la Convención Interamericana para el Cumplimiento de Condenas Penales en el Extranjero. Sin embargo, la Justicia de los Estados Unidos no respondió en aquel momento.
Desde ese momento, y de manera llamativa por la adhesión generada hacia quien arrastra una condena por una fuerte corrupción, se sucedieron los pedidos de políticos y prensa del Paraguay para que en Estados Unidos se considerara la situación de salud de Napout y que se le concediera el regreso a su país para ser operado hasta que la jueza Chen le otorgó, días pasados, la llamada “libertad compasiva”.
“Yo creo que en realidad, que la prensa y el Congreso se manifestaran nos ayudó con la operación”, admitió Virginia Napout, quien informó que su hermano “no ve nada desde su ojo derecho, sólo sombras, pero es por las cataratas, aunque es reversible con la operación” y también contó que será sometido a una colonoscopía por presentar dolores recurrentes en el estómago.
Desde el ámbito judicial estadounidense aún no se explicó la enorme irregularidad de la falta de atención sanitaria a Napout, ni tampoco el motivo por el cual, una vez resuelta, no pudo llevarse a cabo en el mismo país en el que aún se encuentra detenido, lo que habría permitido mantener esta condición hasta la fecha de la sentencia, en diciembre de 2024. Tampoco se aclaró si esta “libertad compasiva” pueda tener alguna relación con algún dato entregado a la Justicia tras el tardío arrepentimiento del ex dirigente.
En este sentido, parece haber sido fundamental la estrategia trazada para la sesión del pasado 23 de junio, cuando apareció un suplicante Napout ante la jueza Chen, según el diálogo al que tuvo acceso “Sinfalta.py”, uno de los escasísimos medios independientes sudamericanos que investiga a fondo la corrupción en el fútbol: “Lo siento por todo. Quiero asumir mi culpa por todo lo pasado. Realmente lo siento mucho, estuve bajo mucha presión. Soy un hombre grande. Voy al baño aproximadamente veinte veces por día, tomo medicinas y visité a muchos doctores por diferentes dolencias en este tiempo”. Allí aprovechó para contarle a la jueza que no lo habían atendido como correspondía por su problema ocular y que le hicieron regresar a la clínica en otro momento porque la máquina estaba rota y que al volver, continuaba sin funcionar. “No puedo ver con este ojo. Necesito volver a ver, necesito la cirugía. Gracias jueza por escucharme”.
En esta súplica aparecía algo importante, nuevo, que la prensa no reflejó (solamente “Sinfalta.py” lo destacó) y era que por primera vez, Napout reconocía su culpabilidad en el FIFA-Gate luego de declararse siempre inocente, lo que a todas luces parece constituir un grave error, especialmente al constatar cómo les fue a los restantes colegas que hicieron lo contrario.
En un sorprendente ejercicio de ingenuidad que lleva a dudar de que sólo se trate de esto cuando para otros casos fue implacable con la corrupción en este caso, la jueza Chen le preguntó entonces a Napout los detalles sobre lo que le dijo la doctora consultada (algo que la magistrada debió investigar por sus propios medios y no por boca de un condenado), a lo que el dirigente respondió que “la cirugía debe ser urgente y cada día es más importante”.
Fue entonces que la jueza sostuvo que “tengo la intención de reducir la sentencia original pero no sé cuánto tiempo” y agregó que vio que en el informe sobre la salud de Napout figuraba que tenía “Pre-diabetes, problemas de presión, depresión y cataratas”, aunque nada parecía tan importante para otorgar una “liberación compasiva” aunque sí concordó en que el Covid pudo haber tenido que ver con todo. Fue allí que la defensa de Napout destacó en varias oportunidades que el dirigente brasileño José María Marín, de 91 años y ex titular de la CBF, fue liberado por compasión, aunque allí Chen dijo que la situación era “muy diferente”.
Finalmente, días después se conoció la respuesta del Gobierno de los Estados Unidos a la jueza Chen, en un documento que refleja “Dosis Futbolera” y que sólo fue emitido por “Sinfalta.py”, a partir de una orden del Tribunal acerca de la pena de prisión que le quedaba a Napout y entonces declaró que el ex titular de la Conmebol “es elegible” para una reducción de la condena a partir del próximo 6 de julio.
“Han pasado 97 meses desde que se inició esta historia -escribió Napout, entonces, en una carta abierta que ahora sí, publicó la generalidad de medios de Paraguay-. Estoy muy agradecido de poder volver a mi querido Paraguay y tener el cuidado que necesito a mis 65 años. En este día ta especial, tan diferente, tan lleno de emociones mezcladas, mi corazón sigue latiendo fuerte. Las lágrimas de felicidad de mi madre y la alegría de mi familia es imposible describir. Lo más importante para mí en este momento es reiterar mi agradecimiento a toda la gente de mi adorado país, a toda la gente que siempre estuvo de nuestro lado y nos apoyó siempre. A toda la prensa de Paraguay, al Senado de la República y a la Cámara de Diputados, cuyo apoyo fue vital para conseguir una cirugía esperada por mucho tiempo y que ahora, gracias a ustedes, se va a realizar en mi querida tierra”.
Pocas veces había quedado tan claro el rol de los poderes fácticos como en esta frase, a la que se dio el lujo de rematar con el poema “Sí” de Rudyard Kipling: “Si puedes encontrarte con el triunfo y con el fracaso, y a tratar a esos dos impostores de la misma manera…serás un hombre, hijo mío”.
De esta forma, y con muchos puntos oscuros que necesitarán muchas aclaraciones en el futuro próximo y la misma transparencia que la Justicia de Nueva York quiso generar en el caso del FIFA -Gate, ahora se espera que la tenga para explicar por qué facilitó, repentinamente, el regreso de Napout a su país.