Crisis en el AC Milan, la afición pide el despido de Pioli

AC Milan's Italian coach Stefano Pioli looks on during the UEFA Champions League 1st round group F football match between AC Milan and Paris Saint-Germain at the San Siro stadium in Milan on November 7, 2023. (Photo by GABRIEL BOUYS / AFP) (Photo by GABRIEL BOUYS/AFP via Getty Images)

El Milan no gana en el campeonato hace más de un mes (7 de octubre, 0-1 contra el Genoa), en los últimos seis partidos ha conseguido sólo una victoria, dos empates y tres derrotas. Los rossoneri tienen la peor defensa entre los primeros cinco de la Serie A, las lesiones no cesan, los nuevos fichajes no parecen los campeones que pensaba la afición, el hashtag #Pioliout está de moda en las redes sociales, se piensa en el regreso de Ibra.

Después de un mercado juzgado suntuoso por los más inexpertos, el Milan de Furlani, Moncada y Pioli está mostrando todos sus defectos y la temporada ya parece comprometida.

La defensa (14 goles encajados en campeonato) es la peor en lo alto de la tabla. Tomori y Thiaw parecen en regresión, Pellegrino debutó y resultó inmediatamente lesionado, mientras que Kalulu permanecerá en la enfermería hasta primavera; además Theo Hernández está en desacuerdo con Pioli desde hace algún tiempo. Quizás hubo un motivo por el cual Maldini quiso reforzar el reparto, Furlani y Moncada no lo tuvieron en cuenta.

El mediocampo cojea. El gregario Krunić, transformado indebidamente por Pioli en playmaker, sin grandes efectos en realidad, es incapaz de guiar el equipo, Loftus-Cheek se vio inmediatamente afectado por las lesiones, Reijnders, que a principios de temporada la afición milanista creía un campeón, no sólo mostró todas sus limitaciones sino que jugando prácticamente todos los partidos – la emergencia de lesiones es moneda corriente en el Milan – acabó acumulando cansancio y perdiendo lucidez; Musah, en cambio, aún no ha encontrado una posición que le convenga debido a la miopía táctica de Pioli.

En la delantera el estadounidense Pulisic es sin duda el mejor fichaje, también porque el nigeriano Chukwueze fue inmediatamente víctima de lesiones, mientras que Okafor no marca desde septiembre, Jović, en cambio, parece un ex jugador.

Y así el Milan sigue confiando en las paradas de Maignan, las carreras de Theo y la imaginación de Leão, esperando en la eternidad de Giroud.

A pesar de una importante campaña de compras no se ha producido ninguna mejora respecto al año pasado y los resultados lo confirman. En el primer big match de la temporada, el derbi contra el Inter, el Milan fue humillado, incluso la Juventus de los chicos de Allegri logró imponerse a los rossoneri, así como el pequeño Udinese de esta temporada, equipo cuya principal tarea anual será evitar el descenso. Lograron dos remontadas ante el desastroso Napoli de Garcia y ante el Lecce. En los 16 partidos disputados hasta aquí, los milaneses acumulan 8 victorias, 4 empates y 4 derrotas, una media por debajo de todas las expectativas.

La enfermería rossonera está siempre llena de jugadores, Furlani ha concertado una reunión con Pioli para intentar solucionar el problema, pero esta tendencia se prolonga desde hace unos años y esperar cambiar algo ahora parece una quimera.

Las elecciones tácticas del técnico parecen aún más preocupantes; contra el Lecce, el entrenador sustituyó al lesionado Calabria con Musah, un jugador con muy poca experiencia como lateral derecho, ignorando a Florenzi, el sustituto natural del capitán. La mala actuación del estadounidense fue fundamental para la remontada de los salentini.

Desde hace semanas se habla de la inclusión de Zlatan Ibrahimović en el organigrama milanista en un rol que aún no ha sido definido

Paolo Maldini era el dirigente que hacía declaraciones después de cada uno de los compromisos de su equipo – mientras que Furlani sólo aparece en caso de victoria – y que se reuniba diariamente con el equipo, algo que el actual director general no hace, ¿Tal vez porque qué consejo podría dar a los jugadores?

El papel que se le confiará al legendario ex jugador sueco de origen balcánico no está muy claro – así como el organigrama y los roles de los actuales dirigentes rossoneri no están definidos – sin embargo si se uniera a Pioli en el banquillo redimensionaría el entrenador, una humillación que el técnico de Parma quizás no podría aceptar.

Los aficionados piden el regreso de Zlatan, del que se rumorea desde hace semanas, si no meses, y esperan el despido de Pioli. El hashtag #Pioliout es popular desde hace tiempo en las redes sociales, pero la marcha del entrenador parece muy improbable por el momento. De hecho Pioli tiene un contrato hasta 2025 por 3,5 millones de euros al año y Gerry Cardinale, el propietario del Milán que tras el mercado celebró un activo de sólo 6 millones de euros, una menudencia para un club de fútbol, ​​no parece un hombre de negocios dispuesto a pagar dos sueldos. Por último Pioli es el perfil ideal para que Cardinale, Furlani y Moncada disimulen sus errores: si el Milan tuviera un rendimiento inferior la culpa sería del entrenador, incapaz de hacer que la “magnífica” plantilla disponible rindiera lo mejor posible; de hecho, esto es lo que actualmente piensa la mayoría de los aficionados milanisti. La nueva directiva del Milan ciertamente no ha construido un gran equipo pero ha hecho creer a los aficionados que lo ha hecho, vox populi vox dei.