A pesar de tener una temporada 2019/20 irregular, en Mestalla no hay indicios de luz en el camino
El Valencia sigue siendo una incógnita. El parón, producto de la crisis sanitaria, le ha venido peor de lo que venía siendo una temporada llena de altibajos. Un equipo deslucido, que salvo las individualidades de jugadores como Hugo Guillamón, Rodrigo Moreno o Gonçalo Guedes, no posee un juego que esté a la altura de la historia del club, sin ir más lejos, el rendimiento del equipo “Che” está ni cerca del que se mostró la temporada pasada, cuando se coronaron campeones de la Copa Del Rey. El equipo no transmite una sensación de mejora, y las alarmas ya están encendidas en Mestalla, ya que se quedarán fuera de la UEFA Champions League 2020/21, lo cual provocaría tener que mover los hilos para ingresar un valor aproximado de 100 millones de euros en venta de jugadores, al no contar con los ingresos de aquella competición europea.
La directiva, conducida por Peter Lim, se mostró en contra del proyecto liderado por el exdirector general Mateu Alemany y el exentrenador Marcelino García Toral, quien en una batalla de poderes se vio destituido por el máximo accionista. Debido a la mala gestión deportiva, se terminó con un proyecto que dio frutos a las clasificaciones por dos años consecutivos a UEFA Champions League y un título (Copa Del Rey 2019) tras 11 años de sequía, para las vitrinas del Valencia. La entidad valenciana eligió a Albert Celades como su relevo en el banquillo.
Un Valencia sin identidad, con una estructura sin definir. Se nombró a César Sánchez como director deportivo, quien renunció al cargo 6 meses después. Albert Celades fue destituido de su cargo como entrenador el pasado 29 de junio, tras perder el derbi ante Villarreal, donde se vio a un equipo con muchos problemas. Según apuntan los medios españoles, la plantilla nunca tuvo una relación cercana con Celades, e incluso, en más de una vez se produjeron discusiones en el camarín, debido al poco entendimiento entre los jugadores y el cuerpo técnico. El despido de Marcelino, a principios de temporada, dejó entrever la poca cercanía entre los jugadores y la directiva.
La afición del Valencia no siente aprecio por Peter Lim, dueño del club que reside en Singapur, desde donde se toman las decisiones directivas y deportivas. El magnate asiático no suele viajar a España, hecho que dificulta realizar un trabajo óptimo en las oficinas de Mestalla y poder enmendar el rumbo del histórico club.
Un futuro con muchas preguntas que, quizás, solo tiene respuestas el propietario de la entidad deportiva. En cuestión de meses, el proyecto deportivo ha retrocedido y los números están ahí: de haber clasificado a la UEFA Champions League y ganar la Copa Del Rey, a estar octavo (a 3 fechas del término de liga) y aún tener la duda si se logrará la clasificación a la UEFA Europa League.
El inicio del verano trae más problemas, ya que el mal momento que atraviesan los valencianos, podría detonar con la salida de varias de sus figuras, tales como Ferran Torres y Rodrigo Moreno. A eso se le suma la disputa de Ezequiel Garay, uno de los líderes en el camarín, con la directiva. El proyecto futuro del Valencia se encuentra en el aire, y se avecina una crisis económica y deportiva.