Este sábado se disputará una edición más del clásico del futbol mexicano, con ello tanto Chivas como América se juegan más que tres puntos, pero ¿realmente la esencia del clásico sigue siendo la misma de años atrás? ¿De verdad sigue apasionando este encuentro?
Un América que enfrenta a Chivas por sí sólo tiene intrínseco varios ingredientes que le dan una sazón especial. Por un lado, el rebaño es el equipo que más arrastre y aficionados tiene en nuestro país (esto hasta la última estadística). En la otra cara de la moneda, se encuentra el antagonista imprescindible de cualquier novela, en este caso una novela futbolística.
Las águilas son el conjunto mexicano que más ligas, copas locales e internacionales tienen en sus vitrinas haciendo de este conjunto un equipo que es amado u odiado. El cuestionamiento que ronda por mi mente es si realmente nuestro clásico se sigue jugando con la pasión, entrega, pundonor entre muchos otros ingredientes más, que le daban un toque distinto al resto de los duelos en México.
Actualmente, creo yo, el hambre, el deseo de ganar y las ganas de trascender me han quedado ha deber. Con esto no digo que los futbolistas que se desempeñan actualmente no den su máximo esfuerzo. Sin embargo, desde mi punto de vista, las raíces de ambos equipos no son las mismas y las cabezas en distintas áreas de estas dos instituciones no son de casa, por ende, los valores y principios que se enseñaban, ojo, enseñaban, desde fuerzas básicas no son los mismos.
Un claro ejemplo de ello es la destitución de uno de los máximos referentes del América. Me refiero a Alfredo Tena que hasta el mes pasado ejerció como Director de Fuerzas básicas en el nido. ¿Quién más que ‘El capitán furia’ podría trasmitir ese amor por los colores que él defendió a capa y espada? O ya bien, la separación de años de trabajo de Chivas con José Luis Real, que hacían del ‘chiverío’ un conjunto exportador de futbolistas al viejo continente.

Sin lugar a duda los cimientos y ese amor que sólo se puede fecundar desde las raíces, de a poco ha ido desapareciendo y con ello las repercusiones impactan en un clásico que viene siendo cada vez más insípido.
Hoy por hoy muy pocos jugadores saben la importancia que conlleva representar los colores de Chivas o América. No les duele el perder un encuentro que es mucho más que caer en un simple duelo. Repito, no me refiero a todos, pero sí a la gran mayoría. Ojalá que las directrices de ambas oncenas logren inyectar ese querer que se ha ido diluyendo con el paso de nombres que no sienten un apego como el de estar en casa.