«Sin gol no hay futbol» solían decirnos los spots publicitarios que anunciaban la llegada de la temporada futbolística a las televisiones. Pues una sensación parecida tendrán en Vigo, tras ver como se les ha escapado una gran oportunidad de puntuar ante un Atlético, que anoto sus goles y se echó a dormir.
Como sospechábamos en la previa, el Celta es un equipo endeble en defensa, de ahí la apuesta de su entrenador por jugar con tres centrales. Pues ni aun así su equipo consigue defender bien, bastaron seis minutos para que una bella combinación entre Correa y Manu Sánchez, la depositara en la jaula Luis Suárez. Es su tercer gol en cuatro partidos, y a pesar de su edad, así como de su convulsa salida del Barcelona, sigue demostrando su jerarquía partido tras partido.
Tras esta jugada no volvimos a tener noticias del Atlético en ataque. Especialmente decepcionante, una vez más, fue el partido de un Lemar, de presencia asintomática en el juego asociativo. Mientras tanto, el cuadro celeste poco a poco tomo el mando de las operaciones, aunque siendo romo en ataque. Pero todo cambiaba radicalmente cada vez que la pelota le llegaba a Aspas, dos chispazos suyos generaron las mejores ocasiones celestes, en la primera Carreira remató al poste derecho de la meta de Oblak, y en la segunda el portero esloveno se agigantó ante un Santi Mina, que remato contra su cuerpo.
Luego de estas dos acciones, el partido volvió al encefalograma plano en el que entro tras el gol rojiblanco, siendo solo perceptibles los líos disciplinarios de Diego Costa. Dice un refrán español que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Bueno, pues el Celta no refuto la veracidad de este dicho, la diferencia con la primera etapa fue que Suárez, fallo en la cita con el gol que le había conseguido Diego Costa.
Al igual que en el primer tiempo, tras los diez primeros minutos el Celta se desperezó y asumió el dominio del juego con la inocencia mostrada anteriormente, mientras tanto su rival se limitó a ver la vida pasar sin sufrimiento alguno. A ello ayudo una conveniente falta de Felipe sobre Aspas que le costó la amonestación. Los gallegos solo se acercaron con peligro a los dominios de Oblak en una ocasión, y fue a balón parado. Murillo remato fuera un excelente centro de Nolito.
Por si fuera poco castigo la derrota por un gol para el Celta, en una de las contadas salidas atléticas al contragolpe, Joao Félix mostró su calidad, sacando un tremendo disparo que se estampó contra el larguero de Iván Villar, el rechace lo capitalizo Carrasco para poner cifras aun más pesadas a la derrota céltica.
