Los dos clubes más poderosos de Argentina, todavía sin fecha para volver a entrenarse, se ven en desventaja con respecto al resto de los integrantes de la competición continental.
La decisión publicada por Conmebol cayó como un baldazo de agua fría para los clubes argentinos que participan de la Copa Libertadores. De hecho, hasta el Ministro de Salud del país, Gines González García, tildó de «arbitraria» la resolución y apoyó la postura de la AFA, que fue la única federación de Sudamérica que se opuso al reinicio del certamen para la semana del 14 de septiembre.
La realidad es que en Argentina la situación de confinamiento se evalúa día a día. En la última semana se anunció que recién a fines de julio, se podrá ir viendo si es probable regresar con los entrenamientos los primeros días de agosto. Por lo tanto, aún el contexto es de incertidumbre total.
En relación con esta posición de los diferentes organismos, Boca, River y también Racing, no descartan la posibilidad de iniciar una gestión en conjunto para solicitarle a la Conmebol la postergación de sus compromisos, de llegar a retrasarse el regreso de las prácticas. Los tres clubes consideran que de extenderse más allá del 10 de agosto, estarán en clara desventaja al resto de los equipos del continente que, protocolo mediante, ya trabajan de forma grupal. «30 días es poco tiempo para afinar aspectos futbolísticos», confió a Express Fútbol un integrante del cuerpo técnico del entrenador de Boca, Miguel Ángel Russo.
Si bien los directivos de las tres entidades pudieron ponerse de acuerdo en apenas algunas horas, creen que lo correcto primero sería esperar al transcurso de los días, luego, de ser necesario, aguardar a que la AFA actúe y, en última instancia, presentar la apelación.