Las bajas condicionan la visita del Atleti a San Mamés
Varias ausencias obligan a mover piezas en todas las líneas. El técnico tendrá que improvisar con jugadores que buscan reivindicarse.
El Atlético viaja a San Mamés con un panorama lejos del ideal. Las bajas acumuladas en los últimos días han alterado la preparación y abren un escenario repleto de decisiones delicadas. En total, serán cuatro ausencias salvo giro de última hora: una prolongada, las otras tres sufridas en el último partido de Liga. Dos de ellas corresponden a problemas musculares; la tercera, a un fuerte golpe que ha impedido completar con normalidad el entrenamiento más reciente.
Estas ausencias obligan a mover fichas. La primera consecuencia afecta al carril derecho, donde la ausencia del habitual ocupante del puesto está sirviendo para que Nahuel Molina gane protagonismo. El argentino atraviesa un tramo irregular, pero sus últimas actuaciones reflejan una clara mejoría que busca consolidar en un escenario de máxima exigencia.
En la zaga tampoco estará un central considerado capital por el propio entrenador. Su rol lo asumirá Robin Le Normand, ya reincorporado al grupo tras una semana de trabajo progresivo. El francés formará pareja con Lenglet o Hancko, una decisión que se tomará en función de sensaciones y cargas.
El mediocampo también cambia. La baja del futbolista que venía actuando como equilibrio será cubierta por Koke, titular en la mayor parte del curso y que ya sustituyó al lesionado en el Camp Nou. La incógnita mayor aparece en la zona de creación. La polivalencia del ausente —capaz de actuar por dentro, en banda o incluso como mediocentro— obliga a contemplar varios escenarios. Hasta cuatro opciones tienen opciones reales de entrar en el once inicial: Griezmann, Sorloth, Almada y Raspadori.
El técnico ofrecerá pistas este viernes, ya que la sesión posterior al duelo del Camp Nou se dividió entre trabajo de recuperación y ejercicios específicos. El equipo completará su última práctica antes de viajar a Bilbao, donde aterrizará el sábado por la mañana. A partir de ahí, quedará todo en manos de un once obligado a reinventarse para competir en uno de los estadios más exigentes del país.


