Julián Álvarez, objeto de deseo del Barça y PSG

Su historia comenzó entre campos de cultivo y sueños imposibles. Hoy, el delantero argentino del Atlético de Madrid se ha convertido en objetivo de dos gigantes europeos.

Reservado fuera del campo y feroz dentro de él, Julián Álvarez encarna el éxito que nace de la humildad y el esfuerzo. El atacante del Atlético de Madrid repasa sus orígenes, las enseñanzas de su familia y los rumores que rodean su futuro inmediato.

«Crecí en Calchín, un pequeño pueblo de la provincia de Córdoba, donde casi todos viven de la agricultura. En un lugar de 3.000 habitantes, las posibilidades de ser futbolista profesional son muy pocas», recuerda.

Aun así, el destino le abrió una puerta. «Antes que yo, solo dos jugadores de Calchín llegaron al fútbol profesional en los años ochenta: Germán “Tato” Martellotto, que jugó en Argentina y México, y José Luis “Chivo” Rolfo. Más allá de ellos, las oportunidades son escasas cuando vienes de un sitio tan apartado

Su ventaja fue una educación firme y sin concesiones. «Mi padre siempre nos decía: “Nada de tatuajes, nada de alcohol”. Quería que mantuviéramos la cabeza fría, que pensáramos solo en el esfuerzo. Esos valores los sigo llevando conmigo.

Esa mentalidad, unida a una humildad inquebrantable, permitió a Álvarez avanzar paso a paso: de River Plate a Manchester City, y de ahí a su actual etapa en el Atlético.

Y ahora, su nombre vuelve a estar en boca de todos. Según reveló el medio francés L’Équipe, tanto el PSG como el FC Barcelona siguen de cerca al campeón del mundo. Ambos clubes consideran que el argentino encajaría a la perfección en sus proyectos deportivos para las próximas temporadas.

¿Se plantea Álvarez dar un nuevo salto? Por ahora, no hay señales de un movimiento inminente. Su entorno asegura que está plenamente centrado en el Atlético, aunque no cierra la puerta a un futuro en otro grande de Europa.

«Nunca olvidé de dónde vengo. El trabajo, la familia y la sencillez son lo que me formaron. Todo lo demás vino después», confiesa con serenidad.

De las calles de Calchín a los estadios más prestigiosos del mundo, Julián Álvarez sigue escribiendo una historia que mezcla disciplina, talento y ambición. Una historia que, al parecer, aún tiene muchos capítulos por contar.