Preocupación por la lesión de Landry Farré en el Barça

El FC Barcelona no levanta cabeza con las lesiones en este inicio de temporada 2025/26. La plaga de contratiempos afecta tanto a estrellas consolidadas del primer equipo como a las promesas de La Masia, muchas de ellas bajo el radar de Hansi Flick.

Hace solo unos días, Xavi Espart, lateral derecho de Vilassar de Mar que ya entrenaba habitualmente con el primer equipo, se lesionó la rodilla derecha (ligamento colateral interno) durante una concentración de la selección española sub-19. Estará entre 8 y 10 semanas de baja, lo que obligó a Flick a buscar alternativas urgentes para cubrir la posición de Jules Koundé, que no está atravesando su mejor momento.

Uno de los candidatos naturales era Landry Farré (Martorell, 2007), el polivalente defensa del Barça Atlètic que acababa de regresar tras superar un esguince de tobillo que lo tuvo fuera desde pretemporada. Sin embargo, el destino ha sido cruel: en el derbi de filiales ante el Espanyol B del pasado domingo, Farré sufrió un percance en la rodilla del que no trascendió un lance concreto. Tuvo que ser sustituido en el minuto 70 por Joan Anaya y este mismo martes por la tarde se someterá a pruebas médicas para determinar la gravedad.

Las primeras sensaciones no son positivas. Si se confirman los peores pronósticos, el filial se quedaría prácticamente sin laterales derechos específicos (solo Joan Anaya quedaría disponible), y Flick perdería otra opción inmediata para el primer equipo. Como alternativas más inmediatas aparecen el juvenil Guillem Víctor (al que ya llamó este martes) o improvisaciones con centrales.

Landry Farré, que renovó hasta 2028 el pasado 17 de octubre, destaca precisamente por su versatilidad: puede actuar como lateral derecho, izquierdo o central. Juliano Belletti le había dado la titularidad en los últimos partidos del filial (Girona B, Torrent y Espanyol B) como premio a su progresión tras la lesión de tobillo. Perteneciente a la generación dorada del 2007 junto a Lamine Yamal o Pau Cubarsí, su potencia física y lectura del juego lo convierten en una de las grandes apuestas de futuro.