Flick se aferra a su plan

El técnico alemán pidió calma tras el desastre en Brujas. Defiende su idea del fuera de juego y apunta a los regresos como el punto de inflexión del Barça.

Tras el empate con sabor a derrota en Brujas, Hansi Flick quiso transmitir un mensaje de optimismo. El entrenador reconoció que el Barcelona está lejos de su mejor nivel, pero se mostró convencido de que la recuperación pasa por mantener su idea, no por cambiarla. “El primer gol que encajamos no habría pasado la temporada pasada. Hemos perdido confianza al tirar el fuera de juego, pero no cambiaremos nuestra manera de defender”, explicó.

El alemán defendió su sistema de presión alta y la línea adelantada, convencido de que el equipo volverá a rendir cuando recupere a jugadores clave como Raphinha, Pedri o Joan García. “No es nuestro mejor momento, pero debemos ser positivos. Recuperaremos el nivel cuando vuelvan los que nos dan equilibrio”, insistió Flick.

Entre esos nombres, el de Raphinha destaca por encima del resto. El brasileño, autor de 34 goles y 26 asistencias la pasada campaña, es mucho más que una amenaza ofensiva: lidera la presión, da carácter al equipo y entiende como pocos a Balde y Lamine Yamal. Su regreso tras el parón se considera vital para recuperar energía y liderazgo.

En la portería, el cambio también parece inevitable. Los números avalan a Joan García: con él, el Barça encajó solo cinco goles en siete partidos y dejó tres veces la portería a cero. Con Ter Stegen, en cambio, fueron 15 goles en ocho encuentros. El alemán ha perdido reflejos y confianza con los pies, una debilidad que penaliza a un equipo que defiende tan arriba.

La gran noticia en Brujas fue Lamine Yamal, que firmó una actuación estelar. Su gol, tras una combinación con Fermín, recordó a los mejores clásicos del club. Cada vez que toca el balón, el Barça gana metros y esperanza.

Flick también confía en el crecimiento de Lewandowski y Olmo, cuya influencia en los entrenamientos y el vestuario eleva el nivel colectivo. Ambos aún están lejos de su techo, pero el técnico espera que tras el parón sean decisivos.

La receta de Flick es clara: recuperar piezas, confianza y ritmo sin renunciar a su plan. El mensaje al vestuario fue directo: el Barça no necesita reinventarse, solo reencontrarse.