
Flick ya tiene otro diamante en la Masia
Un joven de la cantera está firmando actuaciones tan brillantes que ya se habla de un ascenso inminente. Su nombre empieza a sonar con fuerza en la Ciudad Deportiva.
La Masia vuelve a hacer ruido. En medio del buen momento del filial, Sama Nomoko se ha convertido en el nombre propio del Barça Atlètic. Con apenas 17 años, el extremo maliense está firmando actuaciones tan impactantes que en la Ciudad Deportiva ya se comenta que su progresión es cosa seria.
En el Camp d’Esports de Lleida, pese a la derrota por 3-2 del equipo de Rafa Márquez, Nomoko ofreció un recital de fútbol ofensivo. Cada vez que recibió el balón, generó peligro. Una y otra vez desbordó por banda, alcanzó línea de fondo y puso centros imposibles de defender. Víctor Barberá aprovechó una de sus asistencias para marcar, y el meta rival Pau Torres evitó varios goles cantados.
Lo de Sama Nomoko no fue casualidad. En jornadas anteriores ya había brillado con luz propia, como en el duelo ante el Reus FC Reddis, donde repartió dos asistencias más. Su impacto recuerda inevitablemente al de Lamine Yamal, otro producto de la Masia que pasó fugazmente por el filial antes de asentarse en el primer equipo.
Ambos comparten posición, descaro y un talento que rompe esquemas. Pero Nomoko, además, destaca por su madurez: todas sus acciones tienen un sentido colectivo. No juega para la galería, sino para el equipo. Cada regate busca abrir espacios o asistir a un compañero mejor situado.
En Lleida quedó claro que el juvenil empieza a superar los límites del filial. Por calidad, ritmo y determinación, ya parece preparado para desafíos mayores. Hansi Flick sigue de cerca la evolución de los jóvenes, y el nombre de Sama Nomoko ya suena como uno de los que podrían llamar pronto a su puerta.
Y aunque Lamine Yamal es intocable, el debate se abre. Con Roony Bardghji también en gran momento, el Barça podría estar gestando una nueva generación de extremos desequilibrantes. En ese grupo, Sama Nomoko está ganando su lugar con actuaciones que nadie puede ignorar.