
El Cholo tiene un problema… exceso de cracks
La famosa máxima de «si funciona, no lo toques» se convierte en una bomba de relojería para el Atlético de Madrid. Tras un inicio de temporada titubeante, los de Diego Pablo Simeone encontraron la tecla que encadenó victorias y un empate, incluida la goleada al Real Madrid. Ahora, el parón de selecciones trae de vuelta a figuras clave, obligando al Cholo a un puzle que puede dinamitar su equilibrio.
El conjunto rojiblanco había enlazado tres victorias cruciales (Rayo Vallecano, Real Madrid y Eintracht Frankfurt) y un meritorio empate contra el Celta de Vigo, jugando gran parte del choque con diez por la pronta expulsión de Clément Lenglet. Este tramo demostró la mejor cara del equipo, esa versión competitiva que aspira a todo. Y es justo en este momento donde el técnico argentino debe reestructurar.
El desafío de Simeone es monumental. Tiene que reintegrar a jugadores que venían para ser titulares, sin romper la sintonía que ya funciona. El caso de Álex Baena es el ejemplo perfecto. El mediocampista, fichado este verano, se reincorporó hace semanas. A pesar de su esfuerzo, el andaluz aún no ha sido titular y solo ha sumado minutos residuales, como los del derbi ante el Real Madrid (entró en el 92′ y dio el pase del 5-2) y contra el Eintracht (ingresó en el 89′). Simeone lo reconoció: “Está claro que este equipo, en estos últimos días, encontró un patrón de juego y Baena, obviamente, venía recuperándose”.
Este dilema se repite con las recientes vueltas de José María Giménez y Thiago Almada. El central uruguayo y el atacante argentino ya tuvieron minutos y dejaron buen sabor de boca en un amistoso reciente. Sin embargo, el regreso del centrocampista estadounidense Johnny Cardoso se ha complicado. Tras el susto que dio en un entrenamiento con un golpe en el tobillo, se ha confirmado una recaída en su lesión, lo que posterga su vuelta y le impide estar listo para el partido de este fin de semana ante Osasuna.
La situación es especialmente tensa en la medular. La baja de Cardoso supone un alivio a corto plazo para el mediocampo, donde la «resurrección» de Koke Resurrección es incuestionable. El capitán, con la ayuda de la posicionalidad de Pablo Barrios, ha recobrado un gran nivel, dando más vuelo al equipo. Este factor, junto a la recaída de su compañero, le garantiza la continuidad.
Un problema similar afecta a Thiago Almada. El argentino ha perdido su puesto ante la irrupción de su compatriota Nico González, que ha convencido al Cholo con su trabajo defensivo e intensidad, además de sumar un gol y provocar el penalti del empate en el derbi. La calidad de Almada no se discute, pero el despliegue físico de Nico encandila al técnico. Además, la polivalencia del italiano Raspadori en esa zona añade más competencia.
La delantera, o la zona de apoyo a Julián Álvarez, también está saturada. El puesto sigue sin un dueño fijo, y ni siquiera el fichaje estrella, Baena, ha recuperado su sitio. En esa función, Antoine Griezmann está haciendo un gran trabajo (dos goles y una asistencia), y el noruego Alexander Sørloth también aprieta.
Finalmente, el ‘Comandante’ José María Giménez podría ser el que más fácil lo tenga. Vuelve tras más de tres meses y medio de baja. La defensa es el punto flaco del equipo, que solo ha dejado la portería a cero en uno de diez partidos. Ni Le Normand ni Lenglet están a su mejor nivel, y el más sólido, Dávid Hancko, ha jugado a menudo como lateral. Con la sanción de Lenglet para el choque ante Osasuna, Simeone podría aprovechar para juntar a Giménez y Le Normand en el centro de la zaga y devolver al eslovaco a la banda. El puzle del Cholo está servido.