Más allá del triunfo: las escenas ocultas en el Barça-Real

No todo lo que ocurrió en Montjuïc salió en las cámaras. Hubo detalles que encendieron a la grada y hasta provocaron el enfado del banquillo.

El regreso al Estadi Olímpic dejó mucho más que un triunfo. El Barça volvió a ser líder en una noche especial, marcada por la emoción de recuperar sensaciones en la que fue su casa provisional. Hubo nostalgia, pero también un sinfín de escenas que escaparon al ojo de muchos.

El destino quiso que la primera plantilla regresara al estadio para recibir a la Real Sociedad. El club trabajó a contrarreloj para dejarlo todo listo: césped colocado a tiempo, instalaciones adaptadas y ambiente de gran cita. El partido coincidió además con el regreso de Lamine Yamal, que reaparecía tras lesión. Su irrupción fue inmediata: desordenó a los rivales, agitó la grada y sirvió el pase decisivo a Robert Lewandowski.

Thiago, aparición fugaz

En los minutos previos se dejó ver a Thiago Alcántara. No estuvo en el banquillo ni en el viaje, pero apareció sobre el césped durante el calentamiento para hablar con miembros del cuerpo técnico. Después se marchó a la zona de analistas, manteniendo ese perfil discreto que le ha dado en el staff de Hansi Flick.

La ópera de Pedri… y el impacto de Lamine

El regreso de Pedri fue pura poesía. Cada toque suyo arrancaba aplausos, y una finta dentro del área levantó al estadio como si fuera una función de ópera. La temperatura se disparó aún más cuando entró Lamine Yamal: solo al calentar ya puso de pie a medio estadio y cada balón que tocaba multiplicaba la algarabía.

Raphinha, irreconocible en la grada

En la zona reservada a los lesionados se dejaron ver Alejandro Balde, Fermín y Raphinha. Este último costó identificarlo: gorra y capucha lo mantenían casi oculto. Entre bastidores, Fermín aprovechó para felicitar a Roony Bardghji durante el descanso.

Remiro, el villano improvisado

La grada culé cargó muy pronto contra Álex Remiro. El meta de la Real desesperó con sus saques lentos y desesperó todavía más con varias paradas espectaculares. El ambiente contra él fue creciendo hasta que el gol de Lewandowski cambió el guion.

El enfado de Flick

La anécdota final fue el monumental enfado de Hansi Flick. El técnico estalló tras un fuera de juego tardío señalado a Take Kubo. El reglamento, que obliga a dejar seguir hasta el final, lo sacó de sus casillas. Se encaró con el cuarto árbitro y masculló durante varios minutos, visiblemente irritado.

Montjuïc volvió a ser escenario de emociones intensas. Entre gestos, detalles y enfados, la noche del Barça-Real Sociedad dejó claro que en este equipo siempre pasan más cosas de las que muestra el marcador.