La Dimayor ha oficializado que el próximo martes 8 de septiembre sea la fecha estipulada para que se vuelva a disputar el fútbol profesional en Colombia.
Pocos, por no decir nadie, se imaginaron el pasado 12 de marzo que una goleada a favor del Quindío por 5-1 ante Real Cartagena en el ascenso colombiano sería el último partido antes que una extraña y poco común enfermedad afectara a la población mundial y la sumiera en una incertidumbre de cómo sobrellevar una pandemia luego de muchos años e incluso es muy probable que alguien se imaginara que todo, no solo el fútbol, tendría que cambiar su forma tradicional de apreciar para poder preservar la integridad de todos los involucrados.
Pero a poco más de 5 meses de aquel momento en el que se detendría el fútbol a nivel profesional en Colombia, entre el Gobierno y la Dimayor, luego de una lucha de poderes en la que durante varios meses hubo roces y decisiones sin mucha claridad, en la que incluso un presidente y un ex presidente de la nación terminarían involucrándose y otro en el ámbito del fútbol que terminaría saliendo por la puerta de atrás, todo esto pareciera ya efímero tras la confirmación por parte del Ministerio de Salud y la mencionada Dimayor para que este martes 8 de septiembre vuelva a rodar la pelota en los escenarios “cafeteros”, esta vez claro y como ha sido costumbre alrededor del mundo, sin aquellos que le ponen el color y la pasión como son todos los aficionados que deberán aguardar en casa.
Y es que esta es la fecha pactada para el reinicio de labores o más concretamente pasar a la denominada fase 5 del protocolo del fútbol colombiano (competencias), a sabiendas que el propio ministro de la salud, Fernando Ruiz, también ha dado luz verde para que a partir de este primero de septiembre se active la fase 4 en la cual los 36 equipos de la primera y segunda categoría puedan empezar con los denominados entrenamientos colectivos y así ponerse a punto tras varios meses de zozobra.
Y es que a pesar que ese 8 de septiembre sea la fecha para que retorne la actividad en concreto con el duelo de ida de la Superliga de Colombia entre Junior y América de Cali, el cual tendrá su desenlace el viernes 11 de septiembre en la capital vallecaucana, aún son varias las dudas e incertidumbres por las cuales atraviesa el balompié colombiano, en una época de cambio absoluto, no solamente por la parte de salubridad con los estrictos controles que se espera se ejerzan a cabalidad, sino también por lo que será el campeonato de ascenso y su formato y por supuesto cómo se desarrollará la Liga Femenina, además de persistir en la búsqueda de la tan anhelada “renovación política” y de estatutos que requiere el balompié colombiano para poder pensar en un progreso más óptimo.
Sin lugar a dudas y a pesar de todas las dificultades y “errores”, el retorno a la acción cae como un bálsamo para un país que ante la poca claridad y con un panorama que se avizoraba más opaco que claro, finalmente verá cómo los equipos podrán volver a pisar la cancha, en lo que puede ser una buena idea sabiendo que de entrada hay un título en juego y con lo que posiblemente sea el abrebocas necesario para que en un par de semanas se pueda volver a sentir la emoción del FPC por lo menos con lo que se refiere a la primera división.